viernes, 21 de noviembre de 2014

Enfermedad



Las arpías dentro de mi cuerpo me acuchillan las entrañas,
un sabor a sagre, a oxido, a sal se teje entre mi boca.
La ira prende el fuego, la tensión que se desata también...
Y me consumo y duele...

El cigarrillo de la tarde se siente amargo,
el alcohol del fin de semana se siente en la sangre,
alimentando a las arpias, como una mantra, junto al fuego que me mata...
Las llagas son intensas y profundas,
una más al norte, una más al oeste..

Hostigada, mi mente se vacía, mis ojos se pierden...
llegan los espasmos de la oscuridad..
mi cuerpo da un giro..
y caigo...
y al lado mi alma...
sobre el colchón.

domingo, 1 de junio de 2014

LA VIDA, LA MUERTE

La vida después de la muerte duró lo que vive el hamster que adoptaste, la muerte después de la vida cayó como una granada sin avisar.
La primera muerte fue cubierta de una larga agonía, la segunda segunda llegó sin dar tiempo a respirar. Y qué es mejor? morir en agonía o morir de golpe? Al primer pensamiento, moriría sin avisar, casi sin sentir; la segunda decisión sería morir luego de la agonía, la agonía da tiempo de pensar, da tiempo de decir adiós, de resolver asuntos pendientes, cerrar los libros. Al morir de golpe la ultima vez pasé a ser como ese fantasma que arrastra cadenas, que camina errante, buscando respuestas que ayuden al alma a descansar en paz.

Tal vez fue un error matar la muerte, porque la vida después de la muerte duró tan poco, porque sólo fue un alargamiento de la enfermedad, como ese cáncer que crees que venciste y regresa para matarte una vez más, reforzado y quedas sin la posibilidad de defenderte, cuando tu cuerpo, tu alma y tu mente están tan maltratados que tienden a ser vulnerables, a tener las defensas tan bajas que podrías morir al más pequeño tropiezo.

Fueron exhaustos y en vano los intentos por revivirme, porque ese electroshock que me devuelve a este mundo me da la felicidad en los labios unos días, a veces un par de meses, y luego muero una vez más, otra vez y otra vez, tal vez sea que morí para siempre.

domingo, 13 de abril de 2014

viejo, canoso, barbon...

El viejo corazón, una vez más adormecido, camina silbando alguna canción que se perdió en el tiempo, en su tiempo, observando las calles vacías y aflijidas, descansando en espacios incorrectos. De cuando en cuando llegan  a visitarlo unos ojos q tienden a ser como caramelos de limón; los pequeños espacios en Lima a veces pueden tener esos ojos de caramelo, tan improbables, a veces lejanos: ¿en dónde encuentras ojos de caramelo?, ¿en dónde t encuentran los ojos de caramelo? pero, el viejo corazón anda por las calles vacías buscando los q son como la luna nueva que, pareciéndose a todos, son en verdad distintos.

Una vez, cada año bisiesto, los ojos de la luna se cruzan con el viejo corazón, quien nunca tuvo suerte buscando, al viejo lo encuentran.

Entre calles silenciosas el canoso y barbón va quemándose las arterias con un cigarrillo, dando pasos al ritmo de sus latidos y a veces cree q no vale la pena seguir a pie, y en esos, sus momentos de angustia, reacciona y aunque sus pies se destruyan sigue adelante. Sabe q subirse a ese bus en donde a veces se suben los caramelos de limón lo llevará corriendo tan rápido por la vida q no se permitirá apreciar lo q pasa a su alrededor, ni observar detenidamente el paisaje.

Al bus de los ojos y corazones no se suben los ojos de la luna pues corren alto riesgo de morir, los ojos de la luna nueva son seductores espíritus libres y salvajes,  cazadores indomables q andan destrozando corazones por el tiempo y a su antojo pues es este su alimento, los descuartizan, los devoran y casi siempre los vomitan.

El viejo corazón no anda a la caza..., el viejo no va con cuidado..., el viejo no pretende defenderse..., el viejo sólo está esperando ser raptado por los ojos de la luna nueva, al deseo de ser devorado, al deseo de ser exquisito para no ser desechado.

martes, 11 de marzo de 2014


http://www.youtube.com/watch?v=0VhIpl9ODVI